¡Buenos días!
En la entrega de esta semana nos centramos en las llamadas sociedades pantalla a través de una serie de casos de futbolistas famosos. Antes que nada:
“Hecha la ley, hecha la trampa: excepto para la Agencia Tributaria”… ¡Empecemos!
Las sociedades pantalla, también conocidas como sociedades instrumentales o ficticias, son entidades creadas con el propósito de ocultar la verdadera identidad del propietario o de desviar fondos, generalmente para fines de evasión fiscal.
Las características principales son una falta de actividad real (no hay operaciones comerciales o industriales que justifiquen la existencia de la sociedad), la opacidad en la propiedad (los verdaderos propietarios o beneficiarios de los activos gestionados por la sociedad pantalla permanecen ocultos) y a menudo estas sociedades se establecen en países o territorios conocidos por su secretismo financiero, donde las leyes permiten un alto grado de anonimato en la titularidad de las empresas.
Estas estructuras han sido utilizadas por diversas celebridades, incluidos futbolistas de élite, para gestionar sus ingresos y reducir su carga impositiva. En España, varios casos han salido a la luz, revelando cómo estos astros del deporte han intentado esquivar al fisco.
Uno de los casos más sonados es el de Cristiano Ronaldo. En 2017, el Juzgado de Instrucción Nº 1 de Pozuelo de Alarcón investigó al astro portugués por supuestamente haber creado una red de sociedades pantalla en las Islas Vírgenes Británicas para ocultar ingresos generados por derechos de imagen entre 2011 y 2014. La sentencia 177/2019 de la Audiencia Provincial de Madrid detalló que Ronaldo utilizó esta estructura para desviar ingresos y evadir impuestos en España. Finalmente, llegó a un acuerdo con la Fiscalía y la Agencia Tributaria, aceptando una pena de dos años de prisión (que no cumplió) y el pago de una multa de 18,8 millones de euros. Este caso sirvió de precedente importante en la lucha contra la evasión fiscal en el ámbito deportivo.
Pero Cristiano no fue era el único en el punto de mira. Lionel Messi, otro titán del fútbol, también tuvo su encuentro con la justicia. En 2016, el Tribunal Supremo de España confirmó la condena del futbolista argentino y la de su padre por fraude fiscal, al haber utilizado sociedades en Belice y Uruguay para gestionar los derechos de imagen. La sentencia 491/2017 del Tribunal Supremo obligó a Messi a pagar una multa de 2 millones de euros y una pena de 21 meses de prisión, que fue conmutada por una multa adicional.
Otro caso relevante es el de Xabi Alonso. En 2019, la Audiencia Provincial de Madrid, en la sentencia 155/2019, absolvió al exfutbolista del Real Madrid y la selección española de la acusación de fraude fiscal. Alonso había sido acusado de utilizar una sociedad radicada en Madeira para evadir impuestos sobre sus derechos de imagen entre 2010 y 2012. Sin embargo, el tribunal concluyó que la sociedad se utilizó de forma legítima y no hubo intencionalidad de defraudar.
Estos casos reflejan una tendencia entre los futbolistas de élite de recurrir a complejas estructuras societarias para gestionar sus ingresos, enfrentándose posteriormente a la justicia española. Las sentencias de Cristiano Ronaldo, Lionel Messi y Xabi Alonso ilustran la diversidad de resultados en estos procesos judiciales: desde condenas con acuerdos económicos hasta absoluciones completas. Estos fallos han tenido un impacto significativo, reforzando la vigilancia sobre las prácticas fiscales en el deporte profesional y subrayando la importancia de la transparencia y el cumplimiento normativo en la gestión de los ingresos de los deportistas.
Esto es todo por esta semana y recuerda, nadie le mete un gol a Hacienda.
¡Os esperamos la semana que viene!
Muy claro e interesante